Novela: Y entonces llegó la tempestad...
Capitulo 6.
Escrito por Cristina Garrigós Muro.
Pasaron los días y Jimena no podía levantar cabeza, se acordaba todo el rato de Marcos. Eran las once de la mañana y Jimena estaba dando vueltas en la cama deshecha sin parar. Penélope llamo a la puerta.
-Jimena-Dice Penélope.
-Ahora voy-Dice Jimena.
Jimena se levanta de la cama, tiene la cara deprimida, de ver haber estado toda la noche llorando, fue un segundo al baño y se lavó la cara. Jimena se acerca y abre la puerta.
-¿Cómo estas Jimena?-Pregunta Penélope.
-Mal-Dice Jimena.
Jimena llora y se abraza a Penélope. Penélope cierra la puerta y entra dentro del camarote. Penélope se sienta encima de la cama y consuela a Jimena durante un rato. Después Penélope ayuda a arreglarse a Jimena y Jimena y Penélope salen de la habitación y se dirigen hacia a la proa donde ayudarían a los demás tripulantes a seguir trabajando, remando, pescando, realizando las tareas comunes del barco. A menudo de que fueron pasando los días Jimena se fue animando más y siendo más feliz con las cosas que tenía y que Dios le había dado. Jimena sabía que no iba a estar en el barco eternamente y que llegaría un día en el que viviría en un piso con su pareja y sus hijos. Jimena suspira. Andrés se acerca a Jimena.
-Hola Jimena ¿cómo estás?-Dice Andrés.
-Tirando-Dice Jimena.
-Parece que poco a poco me voy animando más a salir de la habitación y ayudaros en vuestras tareas del barco-Dice Jimena.
-¿Y tú Andrés?-Pregunta Jimena.
-Hace tiempo que no te veía-Dice Jimena.
-Aquí sigo pasa el tiempo y me gustaría saber cuándo me bajare de este barco y empezare a vivir mi vida-Dice Andrés.
-Eres muy joven, Andrés debes tener paciencia, tienes la vida por delante-Dice Jimena.
-Yo tampoco quiero estar aquí toda la vida-Dice Jimena.
-Es más en cuanto han otra parada estoy por bajarme y no volver-Dice Jimena.
Jimena y Andrés se ríen. Miguel los mira asombrados, se acerca.
-¿De qué os reis?-Pregunta Miguel.
-Nada acabamos de encontrarnos y ya hacía tiempo que nos veíamos-Dice Jimena.
Durante ese día Jimena se mostró muy agradable y estuvo ayudando en todo lo que pudo. Después de cenar Jimena se fue a su camarote. Durante toda la noche estuvo leyendo Sueño de una noche de verano de William Shakespeare. Jimena cerró el libro.
-Que gusto leer estas cosas tan mágicas-Dice Jimena.
Jimena se va al baño, se asea y después vuelve a su camarote y se duerme. Al día siguiente Jimena se levantó más pronto que el anterior día. Esta vez Jimena estaba más animada, más positiva, lo primero que realizo fue un salto y dio gracias por la vida y después se fue al baño, se aseo, se vistió, se ducho y se va a desayunar con sus compañeros. Como todos los días el desayuno era buffet, Jimena se cogió dos tostadas, con huevos fritos y bacon, algún bollo y un zumo de naranja.
-¿Tienes hambre?-Pregunta Andrés.
-Hola Andrés ¿Qué tal?-Dice Jimena.
-Bien ¿y tú?-Dice Andrés.
-Empieza a hacer calor-Dice Jimena.
-Si-Dice Andrés.
-Me he puesto el bikini debajo y luego me voy a la piscina-Dice Jimena.
-Interesante-Dice Andrés.
-Nos vemos luego-Dice Jimena.
Jimena se acerca a la mesa de Miguel, Penélope y sus dos hijos y desayunan todos juntos. Los niños crecían rapidísimo. Jimena no se podía creer que sus sobrinos fueran ya tan mayores, hacía nada que acaban de nacer.
-¿Qué te pasa tía Jimena?-Pregunta Thais.
-Nada cariño-Dice Jimena.
Aquel día fue muy productivo para Jimena realizo diversas actividades y después acabo de leer Sueño de una noche de verano de William Shakespeare. Veía que poco a poco iba a salir adelante. Parece que cuando no vemos la salida es difícil salir a flote, pero siempre hay una solución a todo. Jimena decidió poner la otra mejilla ser feliz y ya llegaría el amor de su vida, con el que podría formar una familia.
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