viernes, 2 de junio de 2023

Relato 12

 Relato 12: Un cuento en Rosa.

Escrito por Cristina Garrigós Muro.



Érase una vez, una aldea al sur de Francia la que todos llamaban Galia. Todos los
habitantes vivían en pequeñas casas del campo y eran muy felices. Un buen día, un
humilde carpintero llamado Ernesto salió de su casa en busca de leña. Durante el
camino se encontró con un montón de árboles y enredaderas que le hacían el sendero
cada vez más difícil. Ernesto intento ir con cautela pero su ropa se enganchó en la rama
de un árbol y cayó hasta abajo. Ernesto se levantó del suelo.
-¿Qué es esto?-Piensa Ernesto.
Era una aldea que nunca había visto. Su fachada rosa y con flores de colores, en la
puerta tenían una bicicleta, todo mágico. Ernesto se acercó sorprendido.
-Vaya.-Dice Ernesto.
Ernesto se acerca a la puerta y la puerta se abrió ante él. Ernesto entra dentro de la casa.
Todo estaba lleno de magia, todo parecía onírico, como un sueño.
-Hola.-Dice Ernesto.
-¿Quién puede vivir?-Pregunta Ernesto.
-Creo que no tenía que haber venido hasta aquí.-Dice Ernesto.
Ernesto se acercó a la puerta y estaba cerrada. Ernesto intenta abrir la puerta y no puede.
De repente un olor llega a Ernesto. Ernesto se desmaya. Al cabo de un rato, Ernesto se
despierta en una cama. Ernesto se sorprende.
-¿Dónde estoy?-Pregunta Ernesto.
Un hada se acerca a Ernesto.
-Te recogimos en la puerta de nuestra casa.-Dice Dulce de Leche.
-¿Recogimos?-Pregunto Ernesto.
¿Quiénes sois?-Pregunta Ernesto.
-Mis hermanas y yo.-Dice Dulce de Leche.
-Somos hadas que vivimos aquí desde hace tiempo.-Dice Dulce de Leche.
-Mi nombre es Dulce de Leche.-Dice Dulce de Leche.
-Nuestra misión es ayudar a todos los que necesitan.-Dice Dulce de Leche.
Las hadas miran a Ernesto. Dulce de Leche se acerca a Ernesto y le da una taza de té.
-Gracias.-Dice Ernesto.
-Mi misión es ayudarte con tu vida profesional.-Dice Dulce de Leche.
MielyMostada se acerca a Ernesto, agacha la cabeza y se levanta la cabeza.
-Mi misión es ayudarte en tu salud y que nunca enfermes.-Dice MielyMostaza.
MielyMostaza le da un trébol de la buena suerte a Ernesto.
-Gracias.-Dice Ernesto.
Se acerca la más tímida de las hermanas llamada Algodón de Azúcar anda
sigilosamente con despacio.
-Mi misión es ayudarte en el amor.-Dice Algodón de Azúcar.
Algodón de Azúcar le da una rosa a Ernesto.
-Gracias.-Dice Ernesto.
-¿Qué queréis de mí?-Pregunta Ernesto.
-Ayudarte en todo lo posible.-Dice Dulce de Leche.
-Gracias.-Dice Ernesto.
Ernesto deja el té encima de la mesa y se levanta de la cama.
-Me tengo que marchar.-Dice Ernesto.
-Ha sido un placer.-Dice Ernesto.
Ernesto sale rápidamente de la casa y sigue andando por el bosque en busca de leña para
seguir trabajando noche y día en sus siguientes proyectos. Ernesto siguió caminado por
el bosque empezaba anochecer. De repente una princesa cae en brazos de Ernesto.
-Es una princesa.-Dice Ernesto.
-Es preciosa.-Dice Ernesto.
Ernesto llevo a la princesa hasta su casa y la dejo tumbada en una cama. Al día
siguiente, Ernesto salió muy temprano de su casa. Esta vez volvió a su casa con un
puñado de leña, la dejo en el taller. Ernesto subió a la habitación donde se encontraba la
princesa. Ernesto se acercó a la princesa. La princesa empieza a estirarse. Ernesto se
acerca despacio y le toca la frente y le da un beso en los labios. La princesa se despierta.
-¿Quién eres?-Pregunta la princesa.
-Soy Ernesto.-Dice Ernesto.
-Soy carpintero.-Dice Ernesto.
-Te encontré en el bosque y te traído aquí.-Dice Ernesto.
-¿Cuál es tu nombre? ¿Y que hacías a esas horas en el bosque?-Pregunta Ernesto.
-Soy Jamina de Undelassia.-Dice Jamina.
-Mi pueblo he entrado en guerra con Andalassia.-Dice Jamina.
-He tenido que huir.-Dice Jamina.
-¿Eres una princesa?-Pregunta Ernesto.
-Así es.-Dice Jamina.
-Mi padre es el sultán de Undelassia.-Dice Jamina.
-Necesito cobijo durante unos meses, hasta que se acabe la guerra.-Dice Jamina.
-Puedes estar aquí todo el tiempo que quieras.-Dice Ernesto.
-Gracias.-Dice Ernesto.
Las semanas iban pasando, Ernesto trabajaba mucho para poder salir adelante y Jamina
se dedicaba a cuidar de la casa, nunca salía a no ser que fuera necesario. Vivian juntos
como si fueran un matrimonio. Habían aprendido a convivir casi sin conocerse de nada.
Un buen día llamaron a la puerta. Jamina se encontraba en la habitación de arriba
leyendo y Ernesto estaba trabajando. Ernesto abre la puerta. Un señor de aspecto
decente pero vejestorio, viste con traje elegante y desgastado.
-Hola estoy buscando a la princesa Jamina.-Dice Migas.
Ernesto y Migas abren la habitación de arriba. Jamina se encuentra leyendo un libro.
Jamina levanta la mirada.
-Padre.-Dice Jamina.
-¿Qué haces aquí?-Pregunta Jamina.
-He venido a buscarte.-Dice Migas.
-El pueblo ya no es nada sin ti.-Dice Migas.
-Tienes que corresponder.-Dice Migas.
-En ese caso recogeré mis cosas y me iré.-Dice Jamina.
Ernesto acompaña a Jamina y Migas a la puerta.
-Gracias por todo Ernesto.-Dice Jamina.
Jamina le da un abrazo a Ernesto. Jamina y Migas se van. Ernesto cierra y suspira.
Pasaron los meses y Ernesto no podía olvidarse de Jamina. Pensaba en ella noche y día
se había convertido en su gran amor. Ernesto se fue a dar un paseo y bajo hasta la casa
de las hadas. Esta vez no había nada. Las hadas habían dejado un cartel que se
marchaban de pueblo. Ernesto volvió a su casa y siguió trabajando en la madera como
siempre. De repente alguien llama a la puerta. Ernesto deja la madera.
-Ya voy.-Dice Ernesto en voz alta.
-Un segundo.-Dice Ernesto.
Ernesto abre la puerta.
-Jamina.-Dice Ernesto.
Ernesto se sorprende al ver a Jamina.
-Hola.-Dice Jamina.
Ernesto Jamina se dan un beso en los labios.
Fin.


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